Conocer nuestro cabello… para cuidarlo mejor

Seco, graso, mixto, quebradizo, fuerte, debil, fino, grueso, sedoso, encrespado, demasiado lacio… ¿Conoces bien tu tipo de cabello y tu cuero cabelludo? Es esencial para tomar decisiones, aceptar tratamientos, comprar unos productos u otros, optar por algún suplemento… Los cepillados y masajes te ayudarán a mantenerlo perfecto.

«El cabello hermoso crece en un cuero cabelludo sano», René Furterer y sus tratamientos especiales desarrollados hace más de 50 años, nos revelan lo esencial para conocer bien nuestro cabello, no en vano sus cuidados, con activos concentrados para efectos visibles e inmediatos, cambian el cabello dañado proporcionándole una nueva vitalidad.

El cuero cabelludo

Consta de 2 capas estructuralmente diferentes: la epidermis en superficie, capa protectora; y la dermis en profundidad, capa de mantenimiento y nutrición para la epidermis y el cabello, gracias a la presencia de numerosos vasos sanguíneos.

En la raíz del cabello (folículo piloso) ha desarrollado una zona de intercambio (papila dérmica) para obtener la energía vital del cabello.

Anexa a la raíz, está la glándula sebácea donde se origina la secreción de sebo. Este último es indispensable para el cabello, porque garantiza protección en toda su superficie.

Parte visible o tallo

Sí, la parte visible del cabello se conoce como tallo y se descompone en 3 capas:
 – Capa externa: denominada también cutícula. Se compone de escamas protectoras imbricadas unas en otras.
 – Capa media: denominada también como cortex. Se compone de fibras de queratina aglomeradas en espiga. En este nivel encontramos los pigmentos, responsables del color natural del cabello.
 – La capa interna se denomina también médula.

Su ciclo de vida

-Nuestro cabello se renueva sin cesar: su ciclo vital es de 3 años de media en el hombre y de 4 a 7 años en la mujer. En el curso de este periodo, cada cabello crece sin parar, hasta que muere, y es inmediatamente reemplazado por otro.
El cabello muerto tardará de dos a cuatro meses en caer, el tiempo que un nuevo cabello crece en su folículo piloso.
-En una cabellera sana, del 85 al 90 por ciento del cabello está en fase anágena (en fase de crecimiento), del 15 al 10 por ciento en fase telógena (en fase de caída). Durante una fuerte pérdida de cabello, por ejemplo estacional, el porcentaje puede rondar el 30 por ciento de cabello en fase telógena.
-Los ciclos de crecimiento y caída están influenciados por ciertos factores genéticos, hormonales, celulares, nutricionales o emocionales.

Cepillado correcto

No cabe duda, un buen cepillado es esencial. Ya lo hemos visto en todos los cuentos y películas, esas princesas radiantes, cepillando sin cesar una larguísima cabellera cada día y cada noche. ¿Para qué sirve? En primer lugar elimina las impurezas, los cabellos en fase de caída y aporta volumen al cabello.

Cada día hay que cepillar bien el cabello y también hay que hacerlo antes de aplicar cualquier tratamiento. Te contamos cómo hacerlo:

Con la cabeza inclinada hacia delante y el cepillo en la mano, cepilla tu cabello desde la nuca hasta la frente, pasa el cepillo y repite por toda la cabeza. Si quieres puedes emplear dos cepillos a la vez y dividir la cabeza en dos zonas, derecha e izquierda. En la fotografía de la derecha, el cepillado se realiza en una peluquería, mediante un profesional, y también con la cabeza inclinada, para las capas interiores.

Continúa por los lados hacia la cúspide del cráneo.

– Por último, levanta la cabeza y cepilla desde la frente hasta la nuca.

Masaje relajante

Aporta bienestar y ayuda a relajarnos, no cabe duda. Además de esto, hay una acción real tratante, porque moviliza el cuero cabelludo. Estimula la circulación sanguínea y además ayuda a que los productos tratantes que nos apliquemos penetren mejor.

Automasajes capilares

Lo ideal es darte un masaje capilar en un Instituto de belleza, en tu peluquería, en centros de talasoterapia… También puedes dártelo tu misma en tu domicilio:
Con los dedos juntos, realiza un masaje sobre el cuero cabelludo como si quisieras separarlo de la nuca hacia la cúspide de la cabeza, practica movimientos rotativos dirigidos hacia el exterior de forma lenta.
Con los dedos juntos, efectúa ahora pequeños movimientos de vibración laterales desde la frente hacia la cúspide del cráneo. De ese modo, el cuero cabelludo se tonifica.
-Por último, con ambas manos bien planas, sobre la cabeza, ejerce una presión sobre el cuero cabelludo y después desliza las manos desde la frente hasta la nuca.

Cabellos secos y dañados

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