1959-06-30: María Cinta Olarte Corssi, Parroquia de San Jerónimo El Real, Madrid

Esta boda, su boda, tuvo lugar al día siguiente del día de San Pedro y San Pablo… La novia, María Cinta Olarte Corssi, acudió guapísima al templo. Como manda la tradición, lo hizo del brazo de su padre y padrino, D. Enrique Olarte.

Cinta luce un precioso vestido blanco, entallado en la cintura, de falda acampanada. Por delante, el largo del mismo llega sólo a unos 15 centímetros del suelo, por lo que se la ven los zapatos. Luce velo corto de tul y cola de unos dos metros de largo. El vestido lo confeccionó a medida su modista de toda la vida: Ana Mari Granda, la misma que años después confeccionó también el traje de novia de su hermana Amelia Olarte Corssi. El único adorno del traje es un gran lazo, a la altura del pecho.

El ramo de novia, como vemos en las fotografías, es en cascada, de rosas blancas. La novia llevaba pelo corto, reloj de pulsera, pendientes de perlas blancas y zapatos entelados. ¡Guapísima! En la fotografía superior, la vemos en la sacristía de la iglesia, delante de una imagen de Santa Teresa de Jesús. En la siguiente, con el velo puesto, durante la ceremonia.

Primer plano de la novia, María Cinta Olarte Corssi.

¿Y el novio? Es Agustín Rubio Ginés, que estuvo acompañado por la madrina, Constanza Ginés, a la que llamaban la Tata, su tía, dado que su madre ya había fallecido. Él es el que nos cuenta en primera persona su gran historia de amor, la cantidad de momentos felices que han vivido y lo mucho que la echa de menos…  ahora. Sí, desde el pasado mes de junio tenemos una estrella más en el firmamento, que descansa feliz y que quiere que sus seres queridos la recordemos como ella fue: vital, encantadora, educada, afable, dicharachera… y por encima de todo, buena, que es lo mejor que puede decirse de cualquier persona. Agustín tiene muchos, muchos recuerdos de esos momentos vividos a su lado. «Aprovechando las vacaciones hicimos muchos viajes por toda España, disfrutando mucho, por lo que podemos decir que hemos sido muy felices.» Qué bonito…

Llegada de Cinta a la iglesia.

Con su padre y padrino, entrando a la iglesia. El novio, espera con la madrina en el altar.

Cinta mira hacia el cielo… está pidiendo algo a Dios.

Se casaron en la iglesia de Los Jerónimos de Madrid, a pesar de que les correspondía la iglesia de San Antonio de La Florida. Cinta no quería casarse en esa iglesia, prefería casarse en la iglesia de los Carmelitas de la Plaza de España, que era la parroquia donde ella acudía siempre. El párroco de San Antonio de La Florida tenía que firmarles un permiso para que pudieran casarse donde no les correspondía y se negó a firmarlo. Por un amigo del padrino de boda consiguieron poder casarse en la iglesia de Los Jerónimos. También tuvieron problemillas con la fecha. Ellos habían elegido el día 29 de junio, día de San Pedro y San Pablo. Ese día al ser esa celebración les dijeron que no podía ser… Entonces los novios pensaron en el día 30 y el párroco les dijo que el 29 celebraban San Pedro y el 30 San Pablo… Con lo que los novios cansados de tantas inconveniencias amenazaron con «juntarse» dado lo difícil que les ponía la Iglesia poder casarse… Y entonces se acordó la fecha del día 30 de junio.

Los novios firmando, con Constanza, la madrina a su lado.

La Tata, la madrina, y la novia Cinta, en la sacristía.

Los novios, salen felices y sonrientes, del templo.

Recibiendo las felicitaciones de familia e invitados, a la salida.

Tras la ceremonia religiosa, los novios y sus invitados celebraron una comida/cóctel en la calle Villanueva, en un restaurante llamado Parabere, que justo después cerró. A los postres del convite, se fueron en tren a Zaragoza, a ver El Pilar y cumplir así la promesa que había hecho a la Virgen la madre de Agustín, María. Agustín padeció una peritonitis y estuvo a punto de morir, por eso su madre rezó a la Virgen y ofreció acudir a El Pilar con él si se curaba. Ella llevó hábito y todo… por haberse curado su hijo. Como María falleció no pudo cumplir su promesa. Por eso los novios, el mismo día de su boda tomaron rumbo a Zaragoza… para cumplir, sin más demora, la promesa que había hecho la madre de Agustín, María Ginés, a la Virgen de El Pilar.

«Luna de miel»

Desde Zaragoza se marcharon a Barcelona a un hotel, para pasar allí unos días. Tenían allí unos primos y estos les dijeron que dejaran el hotel y se fueran mejor a su casa. Sus familiares les enseñaron Barcelona, con una apretada agenda diaria. Querían que lo vieran todo… La tía de Cinta tuvo que decirle a su marido: «¡Déjalos en paz, que están recién casados y querrán estar solos, y no ir siempre contigo». Y así, cuando les dieron algo más de independencia, pudieron ir a la playa o hacer algunas visitas turísticas, como recién casados que eran… sólo en pareja. Otro de los motivos por los que habían ido a Barcelona era porque tenían pasaje en barco para su siguiente destino: Palma de Mallorca, donde después pasaron su «luna de miel», 15 días que fueron de verdad su viaje de novios. Estaban alojados en Pollensa. Muchos años después volvieron a visitar Mallorca y se acercaron de nuevo a Pollensa, para rememorar esos días vividos allí, nada más casarse. Y, lógicamente, lo encontraron todo distinto y muy cambiado.

La novia, Cinta

Cinta y Agustín se conocieron de jovencitos, eran amigos desde los 14 años. Después de un tiempo sin verse, se hicieron novios con 19 años, en noviembre de 1949.

Los dos con 25 años, de novios. Cuando se casaron tenían 28 años.

Un año después de hacerse novios, Agustín presentó a Cinta a su madre, en 1950, en el Hipódromo de la Zarzuela. Abajo vemos la fotografía del día de la presentación. Al padre de Cinta, Agustín le conoció mucho después. «Cinta me había metido mucho miedo con su padre… Decía que tenía mucho genio, que mejor que le conociera más tarde. Y después cuando le conocí nos llevamos divinamente, era una bellísima persona. Congeniamos muy bien.»

Un día especial: la presentación de la novia a su suegra, María. Están en el Hipódromo de la Zarzuela, en 1950, al año de haberse hecho novios.

El apellido Corssi, de Cinta, su apellido materno, es de origen italiano, les viene de su abuelo, Alejandro Corssi Pandolfi, que era juez. La novia y sus dos hermanas mayores: Sole y Amelia, eran muy aficionadas al fútbol y socias del Atlético de Madrid, del que eran grandes seguidoras. Tanto… que hasta habían salido en un periódico…

Las tres hermanas junto a una amiga, Mari Vi, salieron en el diario Informaciones del 13 de febrero de 1950 tras un triunfo del Altético de Madrid. En la foto están Mari Vi, que tenía abono, a su lado Amelia, Cinta y en el extremo de la derecha Sole, quienes también tenían el abono de sus padres. Atléticas todas de toda la vida. Las tres hermanas, eran unas grandes aficionadas al futbol, al Atleti (por supuesto) y en general también a todos los deportes.

Mari Vi, la amiga que tenía abono, trabajaba en el Ministerio de la Puerta del Sol. En la fotografía superior, felices y sonrientes tras el triunfo atlético. Portada de Informaciones, 13 de febrero de 1950.

El pie de foto dice así: No hay duda: son cuatro sonrisas de triunfo, como los cuatro goles de diferencia que otorgaron el triunfo al Atlético de Madrid, aunque estas sonrisas encantadoras, mucho más delicadas, naturalmente, que los cuatro remates que las produjeron. La mujer, es la nota más agradable de todos los domingos futbolísticos.




Cinta tenía carnet de la Falange y su marido aún conserva también su tarjeta de haber realizado el Servicio Social.

Con 17 años, su carnet de militante falangista.





Cinta hizo el Servicio Social, que era obligatorio en esa época… se realizaban trabajos sociales.

Coros y Danzas

De gira por Europa, con los Coros y Danzas. Cinta la primera, su hermana Amelia, la tercera, por la izquierda.

Cinta y Amelia eran de los Coros y Danzas. Entre los años 1951 y 1960 salieron de gira varias veces por Europa. Viajaron a Portugal, Francia, Italia, Alemania, Inglaterra, Gales, Luxemburgo, Mónaco, Holanda y Bélgica.

La mayoría de nosotros las habremos visto en TVE porque salían numerosas veces en televisión y también en el famosísimo NODO, en los cines.

De Salamanca, de charra.

Cinta a la izquierda.

Cinta bailando en el Covent Garden, Londres.

Como hemos visto, su marido, Agustín, conserva fotos y recortes de periódico de Cinta vestida de charra, de Salamanca. También fotos vestida de Madrid (goyesca). Recortes de cuando bailó en el Covent Garden de Londres. Una de las fotos está con todo el grupo con su profesora María Esparza, el grupo de Madrid.

De goyescos y goyescas, de Madrid, el grupo con su profesora María Esparza. Amelia es la segunda por la izquierda. Cinta es la segunda, de la segunda fila, por la izquierda también (casi está detrás de su hermana).

Cinta es la que está detrás.

Cinta fue profesora de baile en dos colegios de monjas: Nuestra Señora del Loreto y las Irlandesas. Estás últimas la cosieron una mantelería cuando se casó, como regalo de bodas.

Cinta, con 39 años, guapísima.
Con 16 años de casados, año 1975, con 44 años.

Cinta en la boda de Eloy Pericet, profesor de danza española. La vemos en el centro, con chaleco oscuro, junto a la novia.

Con un diploma de danza, junto al profesor Eloy Pericet.

Cinta asistió con otras compañeras y amigas, a la boda de Eloy Pericet, profesor de danza española y uno de los creadores de la Escuela Bolera, quién daba clases a los antiguos componentes de Coros y Danzas. Era el año 1984 y precisamente en ese año hicieron Cinta y Agustín las Bodas de Plata.

En la celebración de sus Bodas de Plata, en el hotel Victoria.

Sus 25 años de casados, las Bodas de Plata, las celebraron Cinta y Agustín con familiares y amigos en el hotel Victoria, de Madrid, pero no hicieron ceremonia religiosa. Diez años después, a los 35 años de casados se fueron a Jerusalem, en las fotografías les vemos en el Santo Sepulcro.

Cinta y Agustín al final del todo, en la penúltima fila, posan con el grupo.

Agustín y Cinta en la celebración de sus Bodas de Oro.

En 2009 hicieron sus Bodas de Oro, los 50 años de casados, «con Cinta ya delicada de salud.» Fueron de viaje a Canarias. Lo celebraron en la calle Conde de Peñalver, que una cafetería llamada Los Sauces. Después viajaron a Tenerife y se alojaron en el hotel Sheraton, visitaron el famoso Teide. Y después fueron a Lanzarote, al hotel Meliá. Montaron en camello, algo que a Cinta no le hizo mucha gracia, «estaba deseando bajarse.» Fueron a los Jameos del Agua. «Cinta no lo pasó muy bien, porque empezaba a ponerse malita», recuerda Agustín.

La familia de la novia

Los antepasados de Cinta también tienen su historia, y mucha historia por cierto, ya que podemos remontarnos hasta los hermanos Pinzones. Vamos por partes…

El abuelo de Cinta, el italiano, se llamaba Alejandro Corssi Pandolfi, era de Génova, hijo de algún título nobiliario que desconocen. Parece ser que se llevaba mal con su padre y un día cogió un barco y se marchó. Llegó a Huelva y conoció a una jovencita de la que se enamoró y se casaron. Al tener su primer hijo la joven murió y Alejandro quiso volver a Italia con el recién nacido y, para que eso no sucediera, la hermana de la joven se casó con él. Vivieron felices muchos años y tuvieron algunos hijos más, entre ellos la madre de Cinta, Constanza y a su tío  Alejandro «Chano» como se conocía en la familia. (que fue el padrino de boda de Amelia).

Constanza, madre de Sole, Amelia y Cinta, de joven.

Enrique, el padre de Cinta, de soltero, con el pitillo en la mano.

El padre de la novia Enrique era de un pueblo de Huelva. De joven jugó en el Recreativo de Huelva. Trabajaba en la Renfe y por eso Amelia, hermana de Cinta, trabajó allí también desde que tenía 17 años. D. Enrique era descendiente, por parte materna de los Hermanos Pinzón. ¡Madre mía qué interesante! La abuela de Cinta, Soledad Díaz Pinzón, es la última que llevó el apellido.

Alejandro Vega.

Alejandro Corssi Oliveira «Chano», Alejandro Vega, tío de Cinta y padrino en la boda de Amelia. Era amigo de Lola Flores.

Respecto al guapo tío de Cinta y padrino de la boda de Amelia, Rocío -hija de Amelia- nos cuenta también su historia. «Alejandro Corssi Oliveira «Chano» era bailarín. Su nombre artístico era Alejandro Vega. Actuó aquí en España y por todo el mundo, dicen que era muy bueno. Bailó con Malena, con Pilar López… Era muy amigo de Lola Flores. Mis tíos Agustín y Cinta han vivido un montón de anécdotas en las fiestas de Nochevieja en casa de los Flores, cuando iban con Chano. Yo apenas recuerdo a Chano, murió en 1979 en Entrepinos y está enterrado en el cementerio de Rozas de Puerto Real. Era muy divertido y muy guapo y tenía mucho arte, el que han heredado mi madre y mis tías. Si lo buscamos en Google podemos encontrar varias referencias y artículos, plagados de errores biográficos, pero con muchos piropos, algunos hablan de él como el mejor bailaor de flamenco.»

Alberto, su mujer (primera por la derecha), Amelia, y sus dos cuñadas, a su lado Sole, en el otro extremo del banco, Cinta. en El Retiro.

Las tres hermanas Olarte Corssi, ante su chalet en la sierra madrileña, en 1975. De izquierda a derecha: Amelia, Sole y Cinta.

Preciosa fotografía de cuando eran niñas: Sole, Cinta y Amelia.

De vacaciones juntos

Con Sole y su madre en el Parador de Nerja.

Cinta en un desfiladero por Cuenca.

Los dos en una de las muchas playas…

El novio y su familia





María Ginés, la madre de Agustín, de jovencita, con 18 o 19 años, en una fotografía/postal. Abajo la dedicatoria que había hecho María para una amiga.

La madre de Agustín murió en 1952, como ya hemos dicho en otras ocasiones se llamaba María. Por eso la madrina de boda fue su tía, la Tata, Constanza.

Fotografía de la familia materna del novio en Chamartín de la Rosa, en un merendero, de esos a los que se va a pasar el día, con la comida. En el centro de la foto, vemos a  la abuela de Agustín, Constanza, su madre María, la morena de arriba de la abuela, la tía Tata a la derecha de la abuela, a la izquierda de la foto según se ve. Los niños de la foto son los primos de Agustín.

Con 25 años, Agustín con sus hermanos y  su primo Rafael y novia (a la izquierda en la foto). Su hermano José Ramón (en el centro con Agustín) cuando se hizo esta foto no tenía ni novia, todavía. Vemos a Agustín fumando… Años después, como Cinta padecía de la garganta, Agustín dejó de fumar.

En la boda de José Ramón, hermano de Agustín, están el abuelo Jaime, padre de su madre María, la niña es hija de su hermano Jaime, el padre de Agustín a la derecha junto a la niña. Arriba, de derecha a izquierda en la foto, su hermano Jaime, Cinta, los novios, Agustín y Mary, la mujer de Jaime.  Esta foto es curiosa y tiene gran valor sentimental porque está el abuelo de Agustín, Jaime y su padre. La niña del centro es Mari Toñi.

1968 en su casa de La Elipa, en la primera casa del matrimonio. Amelia está con la guitarra, que es de Cinta. Primero la madre, segunda Sole, la otra hermana, Cinta, Alberto y Amelia. La marina la conservan en su piso de Madrid, la mesa está en su chalet de la sierra y la guitarra también.

Cinta y Amelia, en las fiestas de Rozas de Puerto Real, siempre bailando, las dos hermanas.

Agustín era seguidor del Real Madrid, pero por amor, para poder estar con Cinta, se hizo socio del Atlético de Madrid. Conserva al igual que en el caso de Cinta su carnet, y la entrada del mismo día, que guarda junto al carnet. Muy romántico… Es una entrada de un partido del Atlético de Madrid, pero que se jugó en el Santiago Bernabeu. Al parecer no podían jugar en el Calderón por unas obras, y por un tiempo tuvieron que jugar los encuentros del Atlético de Madrid en el campo del Real Madrid, muy a su pesar.

El novio hizo el Servicio Militar en Parque y Talleres de Automovilismo, en el año 1951, fecha en la que Cinta y Amelia estaban por Europa con Coros y Danzas. Estuvo en oficinas. Trabajó en una compañía de seguros, La Paternal, actualmente AXA, en la que se jubiló en 1994, pese a que se mantuvo unido a la compañía por cuestiones deportivas, dos años más, dado que era el capitán y organizador del equipo de tenis que tenía la empresa, con el que cada año celebraban un Campeonato Internacional, que se celebraba en París.

Cinta y Agustín aprovecaban los campeonatos de tenis con el equipo de Axa, para hacer turismo por la Ciudad de la Luz.

Cinta en Montmartre, el barrio de los pintores, de París.
Cinta y Agustín en uno de los famosos Bateux Mouches, los bateaux bus que recorren el Sena, en visitas panorámicas de la ciudad.

Agustín, como buen deportista que fue, recibió a los 66 años, un trofeo en los Campeonatos  de Tenis de Entrepinos, Cadalso de los Vídrios.

Cuando se jubiló en 1994 sus compañeros le dedicaron una poesía, que habla de cómo veían ellos a Agustín…

Segmentada se entenderá mejor:

Celebrando su jubilación.

Y sus compañeros deportivos, hicieron lo mismo:

Que segmentado lo leeremos taambién mejor:

Y además…


Kazán.



No podemos dejar en el tintero a Kazán, su perro pastor alemán al que quisieron muchísimo… Al igual que quisieron mucho a Lily, la perra loba de Amelia y Alberto.

Un vida juntos… que los cinco, han compartido, porque los momentos de felicidad (al igual que los de tristeza) en compañía saben mejor.

Y además… de los dos ángeles de la guarda que velan por ellos ya desde el cielo (Sole y Cinta), también tienen a alguién más que les cuida aquí como se merecen… Rocío, hija de Amelia y Alberto, así de guapa en la fotografía inferior, de adolescente.

Sirva todo este torrente de información e imágenes… para hacer un recorrido -largo, eso sí, como la vida misma que han compartido, por suerte- de esta bonita historia de amor. Que como THE END resumimos así:

Muaaaaaak, un beso vecina, amiga… Cinta, presiento que tu estás en una estrella. Y que ahí donde descansas ahora estás muy feliz… divinamente.


De interés: si quieres ver la boda de su hermana Amelia, ocho años después: 


1967-09-25: AMELIA OLARTE CORSSI, IGLESIA DEL CRISTO DEL PARDO (MADRID)

Por: Adoración Rodríguez


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Una respuesta a «1959-06-30: María Cinta Olarte Corssi, Parroquia de San Jerónimo El Real, Madrid»

  1. Avatar de Anónimo
    Anónimo

    ¡Qué bonito! También es importante destacar la importancia de las fotografías en las bodas. Después de tanto tiempo, los recuerdos de un día tan maravilloso perduran en nuestros corazones. Pero nada mejor que tener una fotografía de ese día para revivir esos momentos especiales siempre que lo deseemos.