1923: Celestina Cabrero Martín, iglesia parroquial de San Félix (Muñoveros)

Celestina se casó en el pueblo segoviano de Muñoveros con Santiago Gómez de Diego. No conocemos la fecha exacta, pero creemos que pudo haber sido en 1923. También podría haber sido uno o dos años antes.

Iglesia parroquial de San Félix (Muñoveros, Segovia), donde se casaron Celestina y Santiago, en una imagen más reciente, de 2012, donde posan Elena Gómez Cabrero, Manuel Zamora Santos, su marido y su hija menor Elena Zamora Gómez.

Se hicieron su fotografía vestidos con los trajes de la boda después en Madrid, en Estudio Segura, Puerta del Sol 4. Teléfono 4152. La fotografía, como podemos observar abajo, se hizo en formato de postal. La novia lleva un traje negro, costumbre habitual en esa época.

Luce pendientes y una medalla, de la que podemos ver la cadena. El cuello del vestido y los puños van adornados con detalles en azabache. La falda y las mangas son anchas, a la moda de la época. 

Sí, Celestina luce un vestido de raso negro, de largo a media pierna, con talle a la cadera. Sencillo tiene unos adornos de azabache, posiblemente, en puños y cuello. El pelo lo lleva recogido en un moño y  podemos ver una peineta pequeña, a un lado. Los zapatos son abotinados, con cordones. El novio llevó el día de su boda un traje de raya diplomática, con camisa blanca y corbata.

Los novios de jóvenes, en sendas fotografías de estudio. El se hizo la fotografía vestido con el uniforme del servicio militar.

A la izquierda, la madre de la novia, ya anciana, Casimira, vestida con atuendo típico segoviano y posiblemente de luto. A la derecha el padre del novio, Juan Gómez.

Celestina y Santiago vivieron los primeros años de su matrimonio en Muñoveros y allí tuvieron sus dos hijos: Urbano (1924) y Elena (1928).

Santiago, Celestina, sus dos hijos, Urbano y Elena, y el hermano de Santiago Gabriel, con su mujer Elena, de picnic, posiblemente en Muñoveros (Segovia).

El matrimonio, con sus dos hijos pequeños, posan en otro ambiente campestre.

Urbano, con camisa de marinero, y Elena, en Madrid, fotografía de 1933. Tal vez el día de la comuníón de él.
Otra imagen de los hijos de la pareja.

Cuando Elena tenía cuatro años y su hermano por tanto ocho se trasladaron a vivir a Madrid. Vivieron en la Dehesa de la Villa, en la calle Villamil, al final del todo, en un chalet (ellos decían «hotelito»), con jardín y huerto urbano.

Los picnics ahora son en la Dehesa de la Villa y no en Muñoveros.

Fotografías de comunión de sus dos hijos, 1933 Urbano y  1939 Elena (11 años).

Al tener jardín en casa pudieron sembrar hortalizas, verduras y terner también árboles frutales, que después fueron muy útiles durante la Guerra Civil, para no pasar hambre. También se traían productos del pueblo, siempre que iban o les mandaban sus familiares, dada la escasez de alimentos que había en la capital.
Elena recoge fruta en su huerto madrileño.

Santiago fue el padrino de bodas de su hija Elena, y obsequió a los novios con la actuación de la Escolanía en la que años antes cantaba el artista Raphael.

Si quieres ver la boda de Elen Gómez Cabrero:

1963-01-16: ELENA GÓMEZ CABRERO, PARROQUIA DE SAN ANTONIO, EN BRAVO MURILLO, MADRID

Santiago fue el padrino del primer hijo de su hija Elena, Manuel, que en honor a él recibió el nombre de Manuel Santiago. A su nieto le enseñó entre otras cosas a aborrecer el tabaco, porque le hacía que le encendiese los cigarros (un extraño método, que le funcionó). 

Celestina y Santiago en la comunión de su nieto mayor Miguel Ángel, único hijo de Urbano.

Luego abandonaron el hotelito o chalet con jardín y se compraron un piso en la Calle Sánchez Preciados 16. Cuando se casó su hija Elena Gómez Cabrero con Manuel Zamora Santos estos se fueron a vivir con los padres de Elena, una costumbre muy de la época.  Allí nacieron los tres hijos del nuevo matrimonio: Manuel, Tere y Elena.

El matrimonio, ya anciano, de viaje a Mallorca y en un evento familiar.

Santiago Gómez de Diego puso un bar en Madrid llamado Balma, que estaba en Francos Rodríguez, justo donde ahora está ubicada la plaza de Rocío Dúrcal. Años después le expropiaron el bar para hacer esta plaza y la calle de Pablo Iglesias. En dicho bar trabajaba su hijo Urbano y un sobrino de Santiago, y por tanto primo de Urbano y Elena, que se llamaba Mariano.

Santiago falleció en 1973, en su piso de la calle Sánchez Preciados, de un aneurisma de aorta. Fue enterrado en el cementerio de San Isidro, en la tumba que había comprado su yerno, Manuel Zamora Santos. Dos años después fallecía su mujer, Celestina Cabrero Martín. Tiempo después su hija, Elena Gómez Cabrero, y su yerno, Manuel Zamora Santos vendieron el piso de Sánchez Preciados y se trasladaron, con sus tres hijos todavía pequeños, a la calle Bravo Murillo.

Los dos hijos, Urbano y Elena, ya adolescentes, con algunos miembros de la familia de Muñoveros.
Preciosa imagen de Elena llevando a la Virgen en procesión.

En el pueblo de Muñoveros (Segovia) todavía conservan sus raíces y algunos miembros de su familia. En 2016 en esta pequeña localidad segoviana sólo había censados 161 habitantes, por lo que podemos decir que todos se conocen.

Celestina, con peineta y mantilla negra,  fue la madrina de la boda de su hijo Urbano (1953). Años después Santiago fue el padrino de la boda de su hija Elena (1963), como manda la tradición.

En 2012 Elena Gómez Cabrero y su marido Manuel Zamora Santos, volvieron a Muñoveros con sus hijas Tere y Elena y 4 de sus seis nietos (Pablo, Dani, Gabriel y Carolina)… para recorrer el pueblo, ver a su familia, visitar la iglesia, la plaza… y andar de nuevo por sus caminos.

Los seis nietos de Elena Gómez Cabrero y Manuel Zamora Santos, y por tanto bisnietos de Celestina y Santiago, por parte de su hija, en una imagen del pasado 31 de diciembre de 2017, en su domicilio madrileño. De izquierda a derecha: Ana, Carolina, Daniel, Gabriel, Pablo y Diego.

Volviendo a la boda… Muy posiblemente la ceremonia matrimonial tuvo lugar en la iglesia parroquial de San Félix (Muñoveros), una curiosa joya del románico segoviano, con original puerta de ingreso, protegida por un porche. En la arquivolta central de su arco se observan diecisiete cabezas rudamente talladas y con expresiones atormentadas, burlonas y enigmáticas. Estas mismas cabezas se pueden ver también en los capiteles que sustentan el arco. En su interior se pueden admirar sus retablos y una buena colección de piezas de plata, entre las que destacan el relicario de San Félix (patrón del pueblo), la Custodia del Sol y la Cruz Procesional obras todas de maestros plateros segovianos del siglo XVI.  Muñoveros está a sólo 42 km de Segovia. Y como curiosidad, contar que esta localidad está ligada al capitán comunero Juan Bravo, de hecho se cree que sus restos mortales están enterrados allí.




Una fotografía de boda muy de la época: el novio sentado y la novia de pié. Ella apoya sus manos en el brazo derecho de su marido. Por cierto, lo posición de piés de la novia recuerda un poco la de ballet. El novio tiene los pies cruzados. 


Así de guapos se hicieron la fotografía superior, con motivo de su enlace matrimonial, estos dos muñoverenses días después de su boda, en un estudio madrileño. The end.


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